jueves, 5 de febrero de 2009

ELENA MARTIN VIVALDI

Hoy me gustaria rendir homenaje a la que sin duda fue la mejor poeta granadina y una de las mejores de Andalucia, Elena Martin Vivaldi. Y que mejor forma de hacerlo que con su biografia para quien no la conozca y uno de sus mas sentidos poemas. Sin embargo, hay mucha gente que no ha oido hablar nunca de ella, espero que os guste y que leais mas poemas suyos. Y entre todos la pongamos en el lugar que se merece, que es uno de los más altos dentro de la poesia.

Nace Elena en 1907, en el seno de una familia universitaria. Su padre, José Martín Barrales, fue catedrático de Ginecología y hombre de talante progresista. Fue una de las pocas jóvenes que cursaron el bachillerato en el Instituto Padre Suarez, a comienzos de los años veinte. La poeta cursó posteriormente estudios de Magisterio y más tarde se licenció en Filosofía y Letras, en 1938. Accede por oposición al cuerpo de Bibliotecas, Archivos y Museos, en 1942, lo que le posibilitó no só

lo ganarse un espacio propio en el mundo laboral, tan acotado en esos años para las mujeres, sino que también le supuso el estímulo y la tranquilidad de estar rodeada de sus más preciadas herramientas artísticas, los libros.






















Elena Martín Vivaldi es la poeta granadina más conocida de todos los tiempos. Su obra poética está ampliamente difundida a través de revistas literarias, habiendo sido incluidos muchos de

sus poemas en antologías y traducidos para publicaciones extranjeras. Mucho se ha escrito sobre esta mujer afable, conversadora, íntima también, y de extraordinaria sinceridad poética, intentando adscribir su obra a un determinado movimiento literario.

Representa, para algunos, el punto de enlace entre la generación del 27 y todos los movimientos posteriores (Antonio Carvajal, Luis García Montero, Rafael Juarez, Javier Egea, Lu

is Muñoz, ...). Para Gallego Morell, “Elena Martín Vivaldi pertenece a una Andalucía poética que no va a remolque de Alberti o de Lorca, sino que enhebra con el aliento de Juan Ramón Jiménez y de Salinas después y de Becquer antes”...


Pero su poesía, de acentos íntimos y profundos, de intenso lirismo y honda tristeza, que se expresa en el lenguaje de una naturaleza sentida, interiorizada, de otoños, de lluvia, de árboles...no puede adscribirse con rotundidad a ninguno de los movimientos literarios conocidos. Elena Martín Vivaldi, sencillamente, es única, como única es la impronta de su magisterio sobre las generaciones de escritores granadinos desde la posguerra hasta el día de hoy.

En el II Encuentro de poetas andaluces de 1982, su nombre fue aclamado como el de maestra indiscutible de las generaciones posteriores a la suya. En 1988 recibió el nombramiento de Hija predilecta de Granada. Fue, así mismo, galardonada con la medalla de la Real Academia de Bellas Artes de Granada y son más los honores que se le rindieron y que no nombramos por no ser prolijos. Pero, sin duda, el mejor homenaje que se le puede hacer a Elena Martín Vivaldi es revivirla en la lectura íntim

a y sosegada de sus versos, aprendiendo de ella no sólo la maestría poética, sino también de su bagaje humano inmenso.


Amarillos


I
Qué plenitud dorada hay en tu copa,
árbol, cuando te espero
en la mañana azul de cielo frío.
Cuántos agostos largos, y qué intensos
te han cubierto, doliente, d

e amarillos.

II
Toda la tarde se encendía
dorada y bella, porque Dios lo quiso.
Toda mi alma era un murmullo
de ocasos, impaciente de amarillo.

III

Serena de amarillos tengo el alma.
Yo no lo sé. ¿Serena?
Parece que entre el oro de sus ramas
algo verde me encienda.
Algo verde, impacien

te, me socava.
Dios bendiga su brecha.
Por este hueco fértil de mis ansias
un cielo retrasado me desvela.
Ay, mi esperanza, amor, voz que no existe,
tú, mi siempre amarillo.
Hazte un sol de crepúsculos, ardiente:
ponte verde, amarillo.



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