domingo, 18 de octubre de 2009

Me gustaría dejar claro que este blog, pese a creer en Dios, no va a aceptar sin cuestionarse todo lo que diga la Iglesia Católica. Por esta razón, he escogido un texto que dice “Povedilla” en la serie “Los Hombres de Paco” y que encarna una parte importante de lo que quiero expresar con este blog.
Respeto totalmente a todo el que piense de manera distinta a mí, pero yo no creo que el poder o la riqueza deban ir de la mano del amor, de la felicidad o de todo un conjunto de actitudes ante la vida que nos hacen ser quien somos. No creo que una persona sea mejor o “Dios la quiera más” porque vaya a misa todos los domingos, done a la Iglesia grandes cantidades de dinero o propiedades, se tome al pie de la letra la Biblia, no haga el amor hasta estar casado y sin preservativo y un sinfín de cosas que podría seguir enumerando. Por esta razón, no creo en lo que comúnmente llamamos Iglesia, no creo necesarias tantas figuras dotadas de mucho poder para controlar a una comunidad, no creo en que tanto poder resida en un solo país diminuto mientras hay cientos de ellos cuyos habitantes mueren diariamente por no tener que llevarse a la boca. Creo que ese ídolo al que eligen unos cuantos iluminados para que gobierne una comunidad tan importante como es la cristiana debería conformarse con menos para verdaderamente llevar a cabo la tarea que dice que lleva a cabo. Jesús no nos enseñó precisamente a vivir en grandes palacios y a dejar de lado a todo el que sufre. Creo que hay ciertas partes de la vida de Jesús que deberían volver a enseñarle a esta gente que dice seguir su vida y su obra.
Sin embargo, hay otra faceta del cristianismo que no debemos nunca olvidar y es toda esa gente que vive día a día para los demás, ayudando a reconstruir ciudades, dando de comer a niños, curando las heridas de guerra de mucha gente, sacando a niños de la guerra y de la calle…
Son los verdaderos cristianos, los que siguen los pasos de Jesús, los que llevan su mensaje no solo diciéndolo sino demostrándolo.

Ahora pongo el texto de esta serie de televisión, texto que refleja todo esto que he dicho. Que no nos prohíban ser humanos para ser cristianos, porque el verdadero mensaje de Dios se traduce en una sola palabra: AMOR. Y sin amor no somos nada… Bueno… para algunos sin amor somos NO pecadores… que cada uno piense si quiere ser pecador y seguir los pasos de Jesús o si no quiere pecar…


¿Sabe lo que no es normal?

no es normal pensar que hacer el amor es pecado, no es normal
no es normal pensar que dios no quiere a las lesbianas y a los homosexuales
no es normal que la iglesia oculte abusos a niños ni que los sacerdotes no se puedan casar
no es normal la riqueza del vaticano
ni los anillos
ni el oro
ni el dinero tirado en campañas de publicidad
ni todo ese boato absurdo mientras 30 millones de personas se contagian de sida en África
por no usar preservativo
SEÑORES, dios nos hizo con dos brazos y con dos piernas
y con la capacidad de amar, de querernos y de tocarnos
de sentir con la yema de los dedos un pecho acelerado por la excitación
y eso señores, eso no puede ser pecado
señores, amar no es fácil
y ustedes se empeñan en hacerlo más difícil y enrevesado
como si no nos bastáramos nosotros mismos
como si no se bastara la propia humanidad para complicarlo todo
Porque amar, amar es entender también el rechazo
entender que te van a hacer daño, entender que vas a sufrir, que vas a llorar
y entender que las cosas son muy distintas al sacramento del matrimonio
o sea, hoy te casas, ¿y vives feliz para toda la vida?
¡¡FALSO!!
por muchos siglos que puedan ustedes seguir proclamándolo....
¿saben que creo?
creo que ustedes no saben lo que es el amor
porque si algo he aprendido estos años es que si apretar un cuerpo
hasta convertirse en uno
si eso es pecado....señores....SOY UN PECADOR
porque el único dios en el que creo.....ES EL AMOR!!!!!!


Por último, solo decir que si bien soy cristiano, estoy en contra de todo lo que representa la Iglesia Católica: poder, dinero, abusos, corrupción, discriminación…
Tenemos que ser más los que sigamos el verdadero camino de Jesús, en vuestras ciudades, no hay que irse muy lejos, seguro que hay gente que necesita que alguien les eche una mano, seguro que hay niños que necesitan que alguien juegue con ellos, seguro que hay adolescentes que necesitan que les expliquen qué es un preservativo y cuál es su importancia… Todos podemos ayudar, está en nuestras manos y todo lo que hagamos por los demás es el mensaje de Jesús, es AMOR.

En futuras ocasiones seguiré con este tema, ya que lo considero importante y porque creo que es necesario que distingamos entre los verdaderos cristianos y la Iglesia Católica.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Ser solidario no es solo dar dinero.

Hoy estaba leyendo el e-mail y he leido un texto que me ha recordado que no solo es solidario aquel que da dinero a quien no tiene, sino tambien quien da lo que tiene para ayudar a los demas, sea lo que sea. Constantemente nos bombardean con mensajes en los que nos piden una ayuda economica, pero ¿es que solo pueden ser solidarios aquellos que tienen dinero?, entonces ¿la solidaridad es otro de esos privilegios que solo se pueden permitir algunas personas? ... NO. La solidaridad es algo mas... si no tienes dinero, pero te sobra comida, dásela a alguien que seguro que la necesita, si no te sobra dinero, pero si ropa, mándala a gente que la aprovechará... Si no tienes nada... da tu hombro a alguien que necesite llorar. Si no tienes nada... puedes ser solidario... y desgraciadamente, a veces, más que otros que si tienen. Solidarizarte es entregar todo lo que tienes a los demas, ¿que importa si eso es material o no...?. ¡Entrégate!.
LA CIEGA


Había una ciega sentada en la calle con una taza y un pedazo de cartón escrito con tinta negra que decía: “POR FAVOR, AYUDEME, SOY CIEGA”.

Un publicista que pasaba por allí, observó que la taza solo tenía unas cuantas monedas y sin pedirle permiso, se acercó a ella cogió el cartel y el rotulador negro, le dio la vuelta al cartón y escribió un nuevo mensaje. Finalmente volvió a colocar el cartel a los pies de la ciega se fue.

Esa tarde, el publicista volvió a pasar por donde la ciega pedía limosna, pero esta vez la taza estaba llena de monedas y billetes. La mujer, que había reconocido sus pasos, le preguntó si había sido él quien había reescrito el cartel y qué era lo que había escrito. Él le respondió: Nada que no sea tan cierto como tu mensaje pero con otras palabras.
Sin decir nada más se fue. El nuevo cartel decía: “HOY ES PRIMAVERA Y YO NO PUEDO VERLA”.