miércoles, 9 de marzo de 2011

Solo con la imaginación.

Hace tiempo llegó a mis manos un texto que me gustó bastante y que, en resumen, venía a decir que en el momento en que todo parece perdido, la mejor arma es la imaginación. Hoy quiero compartirlo y además quiero poner una frase de Einstein, que junto con el texto, nos puede hacer pensar sobre la gran capacidad que tenemos los humanos para imaginar, para improvisar, para soñar, para disfrutar... en definitiva, en esas fantasías que somos capaces de crear para ser felices.

"En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento" (ALbert einstein)

Aprovecho la ocasión para anunciar la futura creación de un nuevo blog, en el que se tratarán temas relacionados con el mundo de la medicina, pero siempre con las mismas tendencias reflexivas que uso en este blog. Aunque todavía es una idea que debe madurar en mi cabeza un poquito.

Bueno, sin más que decir por hoy, aquí dejo el texto, y ya que cada uno lo desgrane a su gusto.

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre honorable fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.

En realidad, el verdadero asesino era una persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer momento, se procuró buscar un chivo expiatorio para encubrir al culpable, así que el hombre honesto e inocente fue llevado a juicio, conociendo de antemano que tendría escasas o nulas oportunidades de escapar al terrible veredicto: ¡la horca!.

El juez cuidó, no obstante, de dar al juicio todo el aspecto de justicia, y por ello le dijo al acusado:

Conociendo tu fama de hombre justo y devoto vamos a dejar en manos de Dios tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable o inocente. Tú escogerás una y será la mano de Dios la que decida tu destino.

Por supuesto, los manejos corruptos habían escrito en los dos papeles la palabra “CULPABLE”, y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta de que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. El hombre respiró profundamente, quedó en silencio por unos segundos, con los ojos cerrados y, cuando la sala comenzaba a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa hizo su elección: tomó uno de los papeles y, llevándolo a su boca, ¡se lo tragó rápidamente!.

Sorprendidos e indignados, los presentes protestaron airadamente:

-¿Pero qué hizo? Y ahora, ¿cómo vamos a saber el veredicto?”

Es muy sencillo -respondió el hombre-. Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que yo elegí.

Con rezongos y enojo mal disimulado debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.

Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación.


PD: Aquí dejo un regalito que viene muy bien para IMAGINAR, CREAR, SOÑAR, REFLEXIONAR o DISFRUTAR la vida. Y especialmente, crea un ambiente perfecto para leer este texto con una actitud reflexiva y abierta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario