domingo, 21 de noviembre de 2010

Necesito sentir.

El espejo me relaja,
me retrata tal cual soy,
me miro a su través,
veo un niño pequeño que llora,
un joven que rie,
y un anciano que susurra al Amor.
Esta vida es un sueño, es un capricho,
mio, tuyo, de nadie.
Cuando el mar se acerca,
me desvanezco,
cuando la ola se aleja no estoy,
estoy en el espejo.
Ahora soy el joven que rie,
se rie de la ilusión, se rie del amor,
con ilusión, enamorado.
Pero dentro llevo al niño que llora,
y lloro. Y rio. Y susurro.
Y acaricio el agua, el viento y el fuego,
pero la tierra queda lejos.
Pienso que es cuestión de perpectiva.
Necesito una palabra,
que me haga descender,
tocar la tierra con los pies.
Y después volver a volar,
esa palabra, ¡que no me corte las alas!.
Necesito sentir, acariciar.
El tacto suave de tu cuello.
Necesito saber que estás,
pero algo me ciega y te tengo que tocar.
Necesito sentir, oler.
El olor de tu pelo mojado,
el olor del miedo, cuando no estás,
me confunde.
Necesito sentir, escuchar.
Oir tus volatiles melodias,
en un sueño, y despertarme junto a tí.
Necesito que tu voz me guie
que mi corazón me hable,
que tu corazón se exprese.
Que una canción nos una.
Necesito sentir sabor.
Cuando las bocas se mezclan,
en el más tierno beso, casi infantil.
Necesito beber tu cariño,
alimentarme de tus risas,
y jugar con tus sentidos.
Necesito sentir, mirar.
No puedo ver, pero te miro.
Te siento aquí conmigo, tu calor, tu olor.
Tu mano, mi mano.
Tu beso, tu alimento, tu canción...
de pronto, tus ojos.
Te veo, te sentí y ahora te veo.
¿Quién me cerraba los ojos?,
no sé quien podría ser,
pero seguro te digo:
no te habia visto primero.
Porque si lo hubiera hecho,
si te hubiera visto esos ojos,
no habria tenido la fuerza
para apartar la mirada
y cerrarme a mí los ojos.
David Rodriguez.

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