martes, 23 de marzo de 2010

Homenaje a MIGUEL HERNANDEZ





Este año 2010, se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Hernandez, poeta español perteneciente a la generación del 27, que murió a la temprana edad de 31 años.
Hoy quiero homenajearle y qué mejor manera de hacerlo que con un poema suyo que nos recuerda que el beso es el gesto de amor más profundo que podemos regalar.





La boca.



Boca que arrastra mi boca,

boca que me has arrastrado:

boca que vienes de lejos

a iluminarme de rayos.



Alba que das a mis noches

un resplandor rojo y blanco.

Boca poblada de bocas:

pájaro lleno de pájaros.



Canción que vuelve las alas

hacia arriba y hacia abajo.

Muerte reducida a besos,

a sed de morir despacio,

das a la grama sangrante

dos tremendos aletazos.



El labio de arriba el cielo

y la tierra el otro labio.

Beso que rueda en la sombra:

beso que viene rodando

desde el primer cementerio

hasta los últimos astros.



Astro que tiene tu boca

enmudecido y cerrado,

hasta que un roce celeste

hace que vibren sus párpados.


Beso que va a un porvenir

de muchachas y muchachos,

que no dejarán desiertos

ni las calles ni los campos.


¡Cuánta boca ya enterrada,

sin boca, desenterramos!



Bebo en tu boca por ellos

brindo en tu boca por tantos

que cayeron sobre el vino

de los amorosos vasos.



Hoy son recuerdos, recuerdos

besos distantes y amargos.

Hundo en tu boca mi vida,

oigo rumores de espacios,

y el infinito parece

que sobre mí se ha volcado.



He de volver a besarte,

he de volver. Hundo, caigo,

mientras descienden los siglos

hacia los hondos barrancos

como una febril nevada

de besos enamorados.



Boca que desenterraste

el amanecer más claro

con tu lengua. Tres palabras,

tres fuegos has heredado:

vida, muerte, amor. Ahí quedan

escritos sobre tus labios.




Miguel Hernández.

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